CMC son las siglas de «Compostaje Microbiano Controlado», lo que significa que los procesos microbianos se producen de forma guiada y controlada. Basado en los descubrimientos originales del Dr. Ehrenfried Pfeiffer, el método fue perfeccionado por el trabajo de Siegfried y Uta Lübke.
El CMC consiste esencialmente en crear y mantener unas condiciones óptimas en el proceso de compostaje para garantizar el desarrollo de microorganismos aeróbicos beneficiosos. Esto puede cerrar los ciclos de los nutrientes y del carbono y, en particular, promover el desarrollo de una fauna perfecta de microorganismos, algo que desgraciadamente se ha convertido en un bien escaso en la agricultura actual. Las numerosas historias de éxito en todo el mundo ponen de manifiesto no sólo la eficacia del método, sino también su aplicación relativamente sencilla.